Seis años libre de las adicciones

Narconon Latinamerica

Mi madre siempre trabajó y mi abuela se dedicaba a nuestro cuidado, con su ejemplo y los valores que en casa recibimos, ellas buscaron para mis dos hermanos y para mí que fuéramos personas de bien. Para ayudar en los gastos de la casa muy joven comencé a trabajar y tuve la fortuna de haber contado con la guía de un gran hombre como patrón, quien me impulsó a realizar grandes cambios en mi vida. Entre estos cambios fue el valor del ahorro por lo que a los 18 años tuve la oportunidad de comprar mi primer casa.

Por aquel tiempo era consumidor de marihuana y alcohol, eso no fue impedimento para cumplir con mis responsabilidades y al cabo de un tiempo, reemplacé mi pequeña propiedad por una casa muy linda y grande con piscina. Decidí vivir solo, desafortunadamente también cambié de amistades y fue cuando conocí el éxtasis y el cristal.

Comencé a vivir una vida desenfrenada, era muy joven, tenía dinero y mi casa fue el punto de encuentro para todas las fiestas. Siempre procuré que mis invitados la pasaran muy bien y nunca faltó una buena bebida, drogas o comida. Por aquel entonces yo comencé a descuidar mi salud, lo único que me importaba era tener substancias psicoactivas y consumirlas, a costa de lo que fuera. Mi alimentación consistía en toda clase de comida rápida y aumenté mucho de peso.

“Durante veinte años de mi vida me drogué y dañé profundamente a mi familia, descuidé mi salud y perdí hasta mi patrimonio que tanto trabajo me había costado construir”.

Pensaba que todo marchaba bien en mi vida, no me daba cuenta de que cada vez que me drogaba perdía calidad de vida y así siguió pasando el tiempo hasta que me enfrenté a la realidad. Mi patrón murió, eso representó una gran pérdida y no lo quise ver ni manejar. En la empresa nos dieron una compensación económica equivalente a seis meses de trabajo con la finalidad de que tuviéramos tiempo para buscar un nuevo empleo. En vez de hacer lo que me correspondía, elegí aislarme de mi familia y continuar con la fiesta, hubo días enteros en que no paraba de consumir.

Mi familia no sabía bien en el problema en que estaba metido, aunque sí lo sospechaba. Por los efectos del cristal podía pasar días enteros sin dormir, de pronto el sueño y el cansancio irremediablemente me vencían en cuestión de segundos sin importar la actividad que estuviera realizando. Eso fue lo que mi madre y mis hermanos comenzaron a notar, cuando iban a casa o yo iba a la de ellos, de manera repentina me quedaba profundamente dormido.

Así transcurrieron 12 años sin trabajar y consiguiendo la forma de mantener mi estilo de vida. Hasta que llegó el tiempo en que mi mamá se retiró de lo laboral y decidió mudarse a mi casa. Mi familia se dio cuenta de todo lo que estaba consumiendo y comenzaron a presionarme para que hiciera un programa de rehabilitación. Yo me sentí acorralado y salí de mi propia casa para vivir en la calle o dormir en los carros. Fue en ese momento en que ellos verdaderamente se preocuparon por mí y no sabían bien qué hacer. Por su parte, comenzaron a buscar el lugar que fuera más adecuado para mi situación y fue cuando encontraron Narconon Latinoamérica.

Este largo y doloroso capítulo llegó a su final el día en que fui agredido por dos tipos con un mazo de metal. En ese momento mi familia tomó la firme decisión de convencerme para recibir ayuda, de lo contrario, mi vida estaría en un riesgo potencial permanente. Un día sin decirme nada tomamos un avión a la Ciudad de México, en el aeropuerto nos recibió el staff de Narconon Latinoamérica y fue ahí cuando me convencieron para hacer el Programa de rehabilitación de drogas y alcohol.

Cuando llegué al Centro aún me sentía frustrado y enojado a pesar de que siempre recibí un trato muy cálido. Quizá fue porque aún no me sentía tan convencido de estar ahí y de que había aceptado porque vi en peligro mi vida, quizá fue por el miedo de que llevaba más de la mitad de mi vida en consumo y ya no sabría como funcionar sin ellas.

El inicio del Programa fue difícil, no quería convivir con nadie y, en general, tenía mala actitud. El staff fue muy paciente conmigo y poco a poco fui rompiendo esa resistencia hasta que me empecé a sentir parte del Centro y me abrí para convivir con mis compañeros. Me empecé a dar cuenta de lo lindo que es el lugar, empecé a disfrutar de la comida, comencé a dormir bien y descubrí en los otros estudiantes a personas muy agradables.

Fue en la segunda etapa del Programa, la Desintoxicación de la Nueva Vida (combinación de ejercicio, sudado en calor seco de sauna y un régimen nutricional específico), que empecé a sentir que todo marcharía de una mejor manera en todas las áreas de mi vida. De pronto un día llegó la decisión auténtica de modificar la forma en que por 20 años llevé las cosas y me di cuenta de que no necesitaba ningún tipo de substancia para funcionar.

Empecé a socializar con todos y me sentí muy bien, a mi me gusta cocinar y los días de visita participaba activamente para que todos comiéramos rico y pasáramos un rato agradable. Sé cortar el cabello y ese fue también un punto de convivencia en que algunos de mis compañeros les ayudaba con un buen corte para que lucieran mejor.

El tercer paso del Programa, Los Objetivos (una serie de ejercicios que ayudan a la persona a enfocar su atención en el entorne presente e inmediato), marcó mi vida para lograr lo que soy hoy. Gracias a estos procesos me es posible disfrutar de pequeños detalles cotidianos como contemplar un atardecer o simplemente escuchar el canto de los pájaros al amanecer.

El día en que acabé el Programa me sentí profundamente agradecido de que me hubieran convencido por haber realizado este cambio tan importante en mi vida, por fin volví a sentir la libertad de vivir sin adicciones. Cuando llegué a Narconon Latinoamérica desconocía que el Centro recién había abierto sus puertas y me hizo sentir muy bien el hecho de que fui de los primeros graduados del Programa.

“A seis años de distancia mis días están dedicados a conservar los buenos hábitos, bajé 45 kilogramos y me siento fantástico. Tengo un trabajo que disfruto mucho, estoy construyendo un patrimonio y mis ahorros están destinados a cumplir mi sueño de viajar por el mundo”.

Agradezco al staff de Narconon Latinoamérica por su calidad de personas, en especial a la Directora Ejecutiva, Zu Morales quien siempre me apoyó y motivó para concluir el Programa.

Oscar, Graduado de Narconon Latinoamérica


AUTOR
PG

Paola Garabito

A lo largo de 20 años me he desempeñado profesionalmente en cargos Directivos, Gerenciales y Ejecutivos en el sector gubernamental y en la iniciativa privada, en instituciones como el Senado de la República, AstraZeneca e Instituto Mexicano del Seguro Social. Cuento con experiencia a nivel Senior en el ámbito de la consultoría destacando proyectos en materia de Salud, Desarrollo Social, Energía, así como TI y comercio electrónico. Con la Sociedad Civil Organizada he fungido como eje vinculante para la consolidación de alianzas con diversas asociaciones de pacientes, de investigación, en materia de educación y asistencia pública. En el ámbito académico imparto las asignaturas de Análisis del Sistema Político, Políticas Públicas y Teoría Política en la Universidad Anáhuac. Asimismo, formo parte del claustro para la acreditación de exámenes de grado de titulación de Licenciatura en Administración Pública y Gobierno. Mi desarrollo profesional se orienta en la elaboración y negociación de instrumentos legislativos, desarrollo de foros de alto impacto para la sensibilización de los tomadores de decisión, diseño y ejecución de estrategias para el relacionamiento gubernamental, así como diseño y ejecución de estrategias para el posicionamiento de la compañía o institución. Cuento con el grado de Maestría en Políticas Públicas y soy Licenciada en Ciencias Políticas y Administración Pública, ambos estudios por la Universidad Iberoamericana.

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EDUCACIÓN Y REHABILITACIÓN DE DROGAS