Opiáceos
Los opiáceos se encuentran naturalmente en plantas como la adormidera, de donde se obtiene el opio. Este compuesto contiene varios alcaloides con propiedades analgésicas, sedantes.
Su Uso y su Clasificación
Algunos ejemplos de opiáceos naturales son la morfina, la codeína y la tebaína. Los opiáceos se pueden clasificar en legales e ilegales debido al uso que se les da. Los opioides legales son aquellos que se recetan por médicos para el tratamiento del dolor intenso, como la codeína, la morfina, la oxicodona y la hidrocodona. Se utilizan también en el tratamiento de la tos y la diarrea.
Por otro lado, los opioides ilegales son aquellas sustancias que tienen un alto potencial adictivo y que se consumen de manera recreativa, como la heroína y el fentanilo. Estas drogas ilícitas son altamente peligrosas y pueden causar sobredosis, adicción y problemas de salud graves.
Por otro lado, los opioides son medicamentos sintéticos que imitan la acción de los opiáceos en el cuerpo. Algunos ejemplos de opioides sintéticos son la oxicodona, la hidrocodona, el fentanilo y el tramadol. En el mundo actual estos medicamentos (analgésicos) su fórmula contiene opiáceos u opioides. Usados para tratar el dolor moderado a severo, pero cualquiera que sea su origen ambos tienen potencial de causar adicción y deben ser utilizados con precaución bajo supervisión médica.
Una de las causas que son muy comunes de que la gente se enganche en un consumo de opiáceos es debido a que en algún momento les fueron recetados como analgésicos por algún padecimiento de dolor, como lesiones graves, recuperación de alguna fractura, cirugía o alguna enfermedad crónica degenerativa avanzada, que hacen necesario el consumo de fármacos (drogas) que la farmacéutica ha desarrollado para permitir que la persona pueda pasar a través y tenga una calidad de vida sin dolor.
Estas drogas suelen ser medicamentos, que actúan en el sistema nervioso central para bloquear las señales de dolor.
Es importante que los pacientes que necesitan analgésicos fuertes para el dolor crónico sean supervisados de cerca por un profesional de la salud para garantizar un uso seguro y efectivo de estos medicamentos.
Cuando se consumen de forma recreativa, es decir, sin prescripción médica, se pueden desarrollar hábitos de consumo que generan dependencia física y psicológica.
¿Cómo funcionan y afectan en el cerebro?
Los receptores opioides desempeñan un papel fundamental en la regulación del dolor y las sensaciones de placer en el cuerpo.
Estos receptores son los que se unen a los opioides u opiáceos, sustancias que producen efectos analgésicos y de placer en el cuerpo. Los receptores opioides se dividen en tres tipos principales: mu, delta y kappa.
Los receptores mu son los más importantes con relación en los efectos analgésicos de los opioides. Se encuentran en las zonas del cerebro que regulan el dolor y en la médula espinal. Cuando estos receptores son activados por los opioides, se produce una disminución en la transmisión de señales de dolor, lo que resulta en un alivio de la sensación.
Los receptores delta también participan en la regulación del dolor, pero su papel es menos claro en comparación con los receptores mu. Se encuentran en diversas zonas del cerebro y son menos sensibles a los opioides que los receptores mu.
Por otro lado, los receptores kappa están involucrados en la modulación del dolor y las emociones. Se encuentran en diferentes partes del cerebro y tienen un papel menos estudiado en comparación con los receptores mu y delta.
La activación de los receptores opioides produce efectos como el alivio del dolor, la sensación de euforia, la relajación y la sedación. Sin embargo, también pueden tener efectos secundarios como la depresión respiratoria, el estreñimiento, la somnolencia, la confusión y la tolerancia, lo que significa que se necesita cada vez más cantidad de la droga para lograr los mismos efectos.
Síntomas y Signos de Adicción a Opioides
El abuso de opioides puede llevar a la adicción, ya que el cerebro se adapta a la presencia constante de la droga y deja de funcionar de manera adecuada sin ella. Esto puede desencadenar una serie de problemas de salud física y mental, que van desde el deterioro de la cognición y la memoria hasta la sobredosis y la muerte. La adicción a los opiáceos u opioides puede tener graves consecuencias para la salud física, mental y emocional de la persona. Algunos de los efectos adversos de la adicción a los analgésicos incluyen cambios en la personalidad, deterioro cognitivo, problemas de salud mental, sobredosis e incluso la muerte.
Consumir opiáceos puede tener una serie de efectos tanto a corto como a largo plazo en el cuerpo y en la mente del individuo. Algunos de los efectos más comunes incluyen:
- Euforia y sensación de bienestar: Los opiáceos actúan en el sistema nervioso central, lo que puede provocar una sensación de euforia y placer en el individuo.
- Somnolencia y sedación: Lo que puede afectar la capacidad de atención y de reacción del individuo.
- Estreñimiento y problemas gastrointestinales como náuseas y vómitos.
- Insomnio.
- Daño en el tejido de la nariz al ser inhalados.
- Enfermedades transmisibles como hepatitis B y C, VIH por uso de jeringas en el caso de (heroína o fentanilo). Colapso de venas y abscesos por la misma causa.
- Tolerancia y dependencia: El uso continuo de opiáceos puede llevar a que el individuo necesite dosis cada vez mayores para sentir los mismos efectos. Esto conduce a la dependencia física y psicológica de la sustancia.
- El consumo excesivo de opiáceos puede provocar una sobredosis, que puede ser potencialmente mortal. Los síntomas de una sobredosis incluyen dificultad para respirar, disminución del nivel de conciencia, convulsiones y coma.
- Daños en la salud mental: El uso de opiáceos a largo plazo puede tener efectos en la salud mental del individuo, como depresión, ansiedad, cambios en el estado de ánimo, así como de personalidad y deterioro cognitivo.
¿Qué hacer cuando una persona tiene una adicción o dependencia física y psicológica a opiáceos u opioides?
Es importante buscar ayuda si se tiene un problema de adicción a los opiáceos u opioides, ya que existen tratamientos y programas de rehabilitación que pueden ayudar a superar la dependencia y comenzar un camino hacia la recuperación. La vida sin drogas puede ser desafiante al principio, pero con el tiempo y el apoyo adecuado, es posible vivir una vida plena y feliz sin la necesidad de escapar a través de las drogas.
Muchas personas tienen miedo a dejar de consumir la droga o los medicamentos debido a que la abstinencia es muy dolorosa. Un paso fundamental es dejar de sentir ansiedad.
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